Olegario Ramón: "Echo de menos altura de miras para quitar relevancia a la extrema derecha"

El presidente del Consejo Comarcal del Bierzo espera ver a los dos procesados por agredirlo a la salida de la sede del PSOE de Ponferrada sentados en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial "en unos meses"

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Olegario Ramón: "Echo de menos altura de miras para quitar relevancia a la extrema derecha"
Olegario Ramón, líder del PSOE de Ponferrada. | Foto: Ical
Susana Martín
Susana Martín
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Hace casi un año, al salir de una reunión en la sede del PSOE de Ponferrada, le increparon los manifestates ultraderechistas que solían manifestarse allí sino que pasaron a la violencia física. El presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Olegario Ramón (Peranzanes, 1970), fue increpado y agredido por dos hombres que en unos meses deberán sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de León. No era la primera vez que los procesados, dos vecinos del Bierzo que rondan la setentena, protagonizaban incidentes violentos. La Fiscalía pide 5 y 2 años de prisión para los acusados, el agresor y el que insultó y persiguió a Ramón. La acusación particular ha solicitado 6 y 2 años de cárcel para ellos. Atentado con agravante por discriminación y amenazas con el mismo agravante. "Fue una agresión ideológica", dice a Tribuna León la víctima del intolerable ataque.

- ¿Qué valoración hace usted de la petición del Ministerio Fiscal?

- Los hechos tienen la gravedad suficiente para justificar una petición de pena alta. No es una agresión en abstracto, unas patadas y algún zarandeo agarrándome de la chaqueta sin más, es agredir a una persona porque piensa distinto, por tener ideas de izquierdas, por pertenecer al PSOE.

- ¿Cómo recuerda aquel día de hace casi un año, qué ocurrió?

- Me disponía a coger mi coche para regresar a mi domicilio. El coche estaba aparcado frente a la sede, justo al lado de donde estaba el grupo de gente que a diario nos chillaba, insultaba y molestaba. Al pasar por detrás de ellos, una persona de ese grupo que habitualmente tenía un megáfono empezó a increparme y me amenazó con darme unas hostias. No le hice ni caso, seguí hacia mi coche y esa persona me seguía haciendo lo mismo usando el megáfono que llevaba. Saqué mi móvil para grabarlo y que se supiera lo que soportábamos a diario (y también los pobres vecinos) y cuando lo intenté apareció súbitamente otro señor que me dio un golpe en la mano para tirarme el móvil, y a continuación varias patadas y me sujetó por la chaqueta para que no pudiera alejarme de él. Además, me llamó asesino y me dirigió comentarios muy ofensivos.

- ¿Pasó miedo, creyó en algún momento que podía temer por su integridad física?

- Como estaban todos los días allí chillando, pitando, etc. y no habían llegado nunca a agredirme, no pensé que lo fueran a hacer. Evidentemente, mi integridad física claro que se vio comprometida, fui agredido.

- ¿Conocía usted a esas personas que protestaban junto a la sede de su partido? ¿Y a su agresor?

- No los conocía personalmente. Sí les reconocía como pertenecientes al grupo de personas que a diario se concentraban a las 20.00 horas frente a nuestra sede.

- Supongo que habrá un parte de lesiones... Recibió insultos y patadas...

- Fui al servicio de urgencias del centro de salud y luego tuve varias curas de la herida que me produjo en la pierna. Incluso me atendió inicialmente una ambulancia que fue requerida por la fuerzas de orden público presentes en el lugar. Hay partes, por supuesto, de todo ello.

- Recibió entonces una enorme ola de apoyo desde todas partes... Era preocupante saber que esa violencia residual empezaba a hacerse frecuente por la crispación política...

- Eso fue así y es muy de agradecer. Hubo un aluvión de condenas y de declaraciones de solidaridad que me emocionaron. También recibí una condena de los hechos bastante impostada por parte de quien con su discurso alentaba las concentraciones delante de las sedes del PSOE. Me refiero al que era vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo.

- Usted había advertido antes de que esa crispación de la ultraderecha era peligrosa... ¿Hubo más episodios que viviera en primera persona?

- Yo sí que comuniqué en varias ocasiones a los responsables de seguridad que tanta crispación podría generar un problema mayor, y también me parecía muy desagradable que los vecinos de la zona soportaran todos los días aquello.

- Y ahora, ¿qué va a ocurrir con ese procedimiento judicial? ¿Cuándo llegará a los tribunales?

- Pues el trámite normal es que, presentado el escrito de defensa, se remita al órgano que ha de enjuiciar. Por la pena que solicitamos (superior a 5 años), entiendo que ha de ser la Audiencia Provincial. Supongo que aún tardará algunos meses en celebrarse.

- ¿Qué pena considera usted que merecen esas personas?

- La que disponga la normativa penal y la jurisprudencia. Sí creo que estas conductas han de tener una sanción penal relevante como castigo a los culpables, para que no repitan esos actos y también para que todo el mundo sepa que si se llevan a cabo actuaciones de este tipo... tiene consecuencias graves.

- Ha dicho usted que no se trata únicamente de una agresión, sino que tiene mucho que ver la ideología, y que por ello el castigo debe ser ejemplar, que no le parecen demasiado los cinco años que pide la Fiscalía...

- Mi defensa letrada de hecho solicita una pena superior, seis años de privación de libertad. La gravedad está precisamente en que esa actuación se lleva a cabo por mis ideas políticas, por mi pertenencia a un partido político concreto, al Partido Socialista.

- ¿Ha tenido algún tipo de contacto con la otra parte? ¿Le han hecho llegar en algún momento sus disculpas?

- No he tenido ningún contacto.

- Como cargo público y representante institucional, ahora presidente del Consejo Comarcal, ¿cree que estos son los peores momentos que ha vivido, en cuanto a crispación social? 

- No tengo ninguna duda de ello, y me preocupa especialmente. El surgimiento de la extrema derecha política y el pulso que el Partido Popular les echa por ocupar el voto de ese espacio, ha hecho que se hayan perdido las formas por completo. Ya no hay ningún tema, por importante que sea, que pueda ser objeto de apoyo por parte de la oposición popular. Echo de menos altura de miras para quitar relevancia a la extrema derecha.

- Usted, que fue alcalde de Ponferrada, que es el secretario general de los socialistas bercianos, ¿qué valoración hace de la situación política actual de su tierra? ¿Cómo valora el gobierno de su ciudad, a cargo del PP y sus socios de la derecha?

- Hay cosas de este gobierno que fueron una declaración de intenciones: su primera actuación fue quitar un banco que habíamos colocado los socialistas y no permitir grabar la película de Nevenka en Ponferrada. Tienen la suerte de que la herencia que recibieron, fruto de nuestro trabajo en el mandato pasado, les permite salvar la cara. Conseguimos 13 millones de euros de inversiones que ahora inauguran ellos. Si quitamos eso, la situación es de ramplonería y de falta de ideas, y con varios indicios de que los modos de hacer política de la derecha en Ponferrada se están imponiendo de nuevo. La venta por la mitad de su precio del solar del Cuartel de la Guardia Civil es una de ellas, o las curiosas coincidencias que se dan en el acceso a las plazas que se convocan en el Ayuntamiento.

- ¿Y cómo valora esta etapa suya al frente del Consejo Comarcal?

- Me he encontrado con una situación muy compleja por problemas de falta de cobertura de puestos muy importantes en el Consejo. He dedicado, y aún lo hago, muchos esfuerzos para salvar esta situación. Por otro lado, es una obsesión casi para mí dar a conocer cosas muy importantes que se hacen en el Consejo y que no se conocen, como nuestro departamento de Menores o nuestro Centro de Atención a Drogodependientes, que presta servicio en el Bierzo y Laciana. Aun con esa situación, hemos hechos cosas muy importantes que han ayudado a generar empleo en el medio rural (141 proyectos de vida, que son una realidad fruto del trabajo de nuestro departamento de emprendimiento), o la revitalización de las Jornadas Gastronómicas, o la gestión de proyectos por importe de un millón y medio de euros. Es una administración tutelada, con las carencias que eso supone, y aun en esa situación se hacen cosas muy relevantes.

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