Dicen por ahí que todas las queserías son pocas en una ciudad que se considere seria, y estamos de acuerdo. En uno de los territorios con mayor riqueza de su despensa agroalimentaria, cómo no apostar por poner en cualquier escaparate algunas de las delicias de los productos de nuestra tierra (y alrededores), y bien de quesos y vinos, como cuenta Gilberto Suárez: "Había este hueco en León y lo hemos aprovechado, pero el objetivo es que la gente disfrute la experiencia, no sólo la compra".

De eso va 'Un contenedor de quesos', un proyecto chulísimo que acaba de abrir sus puertas en el centro de León (entre Botines y Santo Domingo). Una tienda gourmet donde lo difícil será elegir con qué se queda uno, porque casi todo apetece, que ya escribió alguien que "el buen queso necesita siempre buenos compañeros".

Pero sí, para empezar, el plato fuerte, el que da nombre al local, son los quesos. No hagan caso al televisivo doctor House, que aborrece esta delicia láctea, y déjense aconsejar en esta tienda de pecados por Marco Crespo, por ejemplo, otro de los socios leoneses del negocio. Cuenta que en su local tienen alrededor de 60 referencias de quesos de pastas blandas o prensadas, "que van rotando", algunos tan exclusivos como el Comté de 24 meses, a 52 euros el kilo, puro sabor; o el Parmigiano reggiano, "uno de los fijos"; o el colorido gouda que lleva chili y pesto; o el gruyere de 15 meses; o un cheddar inglés madurado en una cueva que no es fácil de encontrar por estos lares.

Crespo, que en Mansilla de las Mulas elabora varios quesos (Campos de Luna) junto a Roberto, un maestro quesero, explica que acaban de abrir esta tienda gourmet, pero que la idea es que pronto puedan ofrecer, además de la venta, un espacio donde degustar o catar -"hay diferencia"- una larga lista de quesos y vinos, y qué buen combo. Vinos de León, del Bierzo, albariños, godellos de Valdeorraa, riberas, ruedas, riojas, vinitos del sur... Quesos internacionales, quesos de aquí y de allá.

Y como no sólo de quesos artesanos y vinos vive el buen pecador (qué gusto da ver la cava de quesos enteros, conservados en su temperatura idónea), en este local de atención primorosa también tienen vermuts, mantequillas, embutidos de León, cerveza, miel, aceite de Jaén (que parecen latas de aceite de coche), dulces, conservas, productos asturianos y gallegos (pero, sobre todo, leoneses) y un sinfín de tentaciones para aquellos que quieran darse un caprichín, hacer un regalo o simplemente echar un vistazo a propuestas muy apetecibles.

Y habrá que esperar unas semanas más para ver qué actividades están organizando. De momento, entrar es querer volver...