Cenar sin poder ver: cómo apañarse en una 'velada a ciegas' en Los Poinos

La cueva restaurante de Valdevimbre celebra una nueva edición de sus singulares citas gastronómicas, donde dicen que lo menos importante es la ausencia de visión...

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Cenar sin poder ver: cómo apañarse en una 'velada a ciegas' en Los Poinos
Susana Martín
Susana Martín
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Cenar en Los Poinos (una antigua bodega excavada en la tierra) es siempre un espectáculo. Si a la cita le añadimos que se celebra un sábado y que es una nueva edición de las 'veladas a ciegas' que organizan en esta cueva de Valdevimbre, ya pueden imaginarse que la diversión está asegurada. Sólo hay un secreto en nuestras cenas de los sentidos, advierten Amparo y Nico: "el comensal no verá nada hasta el final". ¿Quién se atreve? Con esa premisa arrancará este sábado hacia las 21 horas esta propuesta gastronómica que nos devuelve por unos minutos el recuerdo del maestro Carlos Domínguez Cidón, seguramente el primer chef leonés que se atrevió a organizar estas cenas en la provincia leonesa, allá por ¿el siglo pasado?

Todo en esta cena es una sorpresa, empezando por supuesto por el menú. Y aquí, elucubrando los más peliculeros, es cuando tiene cabida pensar en una noche maquiavélica al estilo de la de la cena que dibuja la peli de 2023 'The menu', esa protagonizada por Ralph Fiennes que alguna fue a ver esperando una cinta costumbrista de gastronomía y se encontró con una película infartante más cercana al terror que a la diversión.

Pero volvamos a Valdevimbre, a Los Poinos. Volvamos a la cena a ciegas de este fin de semana. Consumición de bienvenida, cinco platos, dos vinos, postre, agua, café, una copita de burbujas y licores, quizá para relajar la tensión de tanta incertidumbre. "Todo en absoluta oscuridad", insisten los anfitriones, que no dan más pistas de lo que uno va a encontrarse entre las paredes excavadas de esta casa que abrió sus puertas en el año 2000.

Sólo al final de la velada, a la hora de los cafés (de puchero), el comensal podrá conocer en qué ha consistido el menú de la noche, porque ¿cuántas veces hemos oído eso de que la ausencia de uno de los sentidos agudiza los otros? ¿Seguro? ¿Nos conformaremos con oír, tocar, imaginar qué plato estamos comiendo en cada momento?

"El desafío que proponemos resulta tan misterioso como excitante,algunos afirman que la comida y la penumbra forman una combinación perfecta para alcanzar un alto grado de erotismo", explica Nico, "pero que nadie se asuste, o se anime, que este viaje no pretende llegar tan lejos ni aspira a que de aquí surja otro amor que no sea el que suscite nuestra cocina".

Habrá pues que 'echar mano de las manos' (nunca mejor dicho), del olfato y de la imaginación. Habrá que pensar que se trata de una noche diferente en que todo sabrá a algo que no tendremos la certeza de lo que es.

Hay unas normas para participar en las cenas a ciegas de Los Poinos, como cuenta la cocinera de la casa, Amparo Rodríguez. "Normas de obligado cumplimiento", dice muy seria. "Nuestros camareros, que han tenido que prepararse concienzudamente para moverse en la oscuridad, dejaran en cada mesa bebidas que los comensales mismos deberán servirse", explica Amparo, que reconoce que parece fácil, "pero no lo es tanto: les aconsejamos que agudicen el ingenio si quieren que el líquido acabe dentro de la copa".

Y más normas para sobrellevar esta singular aventura gastronómica: la música indicará el tiempo que se dispondrá para comer cada plato, hay que retirar los cubiertos de encima de cada plato al terminar cada uno de ellos, nadie puede levantarse en la oscuridad sin la compañía de un camarero y debe mantenerse un tono de voz no muy alto (esto siempre es de agradecer recordarlo en este país).

Para no romper la magia del juego y por respeto al resto de comensales, no se debe utilizar el móvil durante la velada, ni cualquier otro artilugio que genere luz.

Cuando termine la fiesta, el brindis será ya con las luces encendidas, y uno podrá ver si ha acertado algo de lo que creía que había comido en esa cena... "Disculpas de antemano por lo que pudiera acontecer", advierte Nico, que asegura entre risas que no es una amenaza...

Para no perdérselo. Y ya veremos qué sensaciones nos trae una experiencia tan inquietante. Allá vamos, Los Poinos, que acaba de renovar su distinción de 'Recomendado' en la última edición de la guía Repsol.

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