No precisaban ayuda médica, pero sí para poder avanzar, ya que la nieve les impedía continuar
Pedro Muñoz denunció a Raquel Díaz tras declarar ella ante el juez qué ocurrió en Toreno
El exedil de Ponferrada recurrió el archivo de la denuncia y la Audiencia frenó otro intento de él de dilatar el procedimiento que lo juzgará el 11 de diciembre
Para el expolitico berciano Pedro Muñoz y los letrados que dirigen su defensa, ¿la mejor defensa es un buen ataque? ¿Se han dedicado a interponer denuncias -y un recurso tras otro- como estrategia procesal para intentar retrasar el procedimiento judicial que lo sentara en el banquillo de los acusados por -presuntamente- intentar matar a su mujer el 27 de mayo de 2020 en Toreno? Los autos del sumario insinúan algo que se asemeja bastante a esa estrategia: atacar para defenderse tras las declaraciones en sede judicial de su segunda mujer, la abogada Raquel Díaz (Villablino, 1976), parapléjica y con graves daños neurológicos tras un episodio de violencia de género en la finca familiar de Toreno, según contó ella misma al juez.
El 19 y el 22 de octubre de 2020, tras sobrevivir a un terrible episodio aún por juzgar, Raquel se recuperó de un coma y quiso contar en primera persona por qué estaba como estaba: postrada en silla de ruedas de por vida y con secuelas irreversibles en su cabeza.
Aún convaleciente y muy medicada, Raquel contó al juez (fueron dos sesiones, en la primera necesitó descansar) que aquel día Muñoz la agarró del cuello y la lanzó por la terraza de su habitación, produciéndole un brutal impacto contra el pozo de la finca. Después, él habría bajado por las escaleras y -según los recuerdos de Raquel- él le habría golpeado "en la cabeza y por todo el cuerpo" con una especie de bate que tenían para defenderse. Según dijo, Pedro Muñoz -enfermero de profesión, ahora jubilado- la habría arrastrado al interior de la vivienda.
La versión de Raquel concordaría con los resultados que arrojan los informes forenses, fechados en junio de 2020, cuando ella estaba en la UCI. Hablan de que las graves lesiones de su cuerpo (diecisiete) no obedecen a un solo mecanismo causal y señalan que son "absolutamente incompatibles con una precipitación o caída de poca altura".
Según el criterio de los forenses, el demoledor informe recoge, entre otros datos, que "el hematoma del ojo derecho es debido al choque directo de un objeto contundente, por ejemplo, un puño. La herida inciso-contusa del cuero cabelludo se puede corresponder con un golpe directo con un objeto contundente aplicando una fuerza considerable. Las fracturas vertebrales pueden haberse producido de manera indirecta por el fuerte choque contra un elemento fijo o estático. Las lesiones de pies y tobillos pueden ser compatibles con golpes o presiones directas, por ejemplo, con un pie. Por el aspecto macroscópico de las lesiones todas son de la misma data reciente, producidas dentro de la misma situación violenta".
Tras las declaraciones de Raquel en el juzgado de Ponferrada (octubre de 2020) y su participación en la reconstrucción de los hechos (noviembre de 2020), el 26 de enero de 2021 Pedro Muñoz interpuso una denuncia penal contra ella, imputándole un presunto delito de falso testimonio.
La Fiscalía, la defensa de Raquel y la de su hija se opusieron a la admisión de la denuncia. Así las cosas, el juzgado de Ponferrada la inadmitió y Muñoz presentó recurso de apelación a la Audiencia, que el 22 de febrero de 2021 desestimó el recurso y frenó en seco el intento de Muñoz de imputar a Raquel un delito y seguir entorpeciendo el procedimiento judicial que lo sentaría a él en el banquillo de los acusados, ya que el caso se encontraba aún en instrucción. Ahora ya tiene fecha.
1.263 días de espera
El abultadísimo sumario del caso que finalmente se juzgará en la Audiencia Provincial de León -tras 1.263 días de espera desde que se produjeron los hechos- a partir del 11 de diciembre (se le juzgará por intentar matarla y otros siete delitos) esconde un sinfín de tretas inimaginables que sólo se explican si sus artífices buscaban unas dilaciones temporales del procedimiento, difíciles de conseguir legítimamente.
De no ser por un intento de retrasar la acción de la justicia, cuesta comprender qué llevó al exconcejal de Ponferrada y a su abogada, por ejemplo, a denunciar "por falso testimonio" a la abogada leonesa Raquel Diaz.
Las declaraciones prestadas por Raquel en sede judicial, así como sus manifestaciones realizadas en la diligencia de reconstrucción de hechos del 12 de noviembre en la finca de Toreno y del contenido de diversa prueba documental y testifical que obra en la causa, llevaron a la defensa de Muñoz a solicitar que se dedujera testimonio contra su exesposa por la posible comisión de un delito de falso testimonio, previsto y penado en el Código Penal "por las graves contradicciones entre sus declaraciones y lo documentado en la causa". Porque habló de una barandilla blanca que antes no existía ("era de forja") o de una viga de madera que tampoco existía ("cuando a mí casi me mata, no estaba así"), incluye el texto de la denuncia, que también lamenta que Raquel "declaró haber llamado al 112, y que acudió pero no quiso asistirla, llegando incluso a incriminar al intendente jefe de la Policía Local de Ponferrada en este supuesto hecho".
También en esa denuncia, la defensa de Muñoz asegura que "no constan llamadas en ese servicio de Emergencias relativas a ese domicilio entre el 29 de marzo de 2017 y el 27 de mayo de 2020". Pero, a pesar de que sus facultades mentales es evidente que no estaban al 100% cuando declaró ante el juez, no mentía Raquel cuando intentaba contar que, en una ocasión, durante el transcurso de otro episodio violento en el domicilio habitual de la pareja en Santo Tomás de las Ollas, ella misma había intentado pedir auxilio al teléfono de Emergencias de Castilla y León. La instrucción del caso reveló después que así había sido, y una llamada grabada lo documenta: Raquel pidió socorro el 13 de marzo de 2018.
La declaración de Raquel no fue "una fabulación", como consideró el jefe de la Policía Local de Ponferrada, Arturo Pereira, cuando fue llamado a declarar el 27 de noviembre de 2020. Si bien es cierto que los informes de la Policía Local y Nacional entregados en los juzgados durante el desarrollo de esta causa judicial señalan que "no consta ninguna intervención en ese domicilio", también lo es que durante la instrucción del procedimiento quedó acreditado que Raquel sí había pedido socorro al 112 en 2018, antes de casarse con Muñoz, aunque -por razones que nadie ha explicado todavía- los agentes municipales no acudieron a la vivienda de Raquel sino a la de la primera mujer de Muñoz, donde Raquel nunca había vivido. Los agentes tampoco llamaron a ningún timbre aquella noche.
La Audiencia desestimó el recurso de Muñoz
Que Muñoz intentara retrasar el juicio (la instrucción se dilató durante más de tres años) mediante esa denuncia a Raquel, estaba "llamado al fracaso", como le advirtió la Audiencia Provincial de León al desestimar su recurso de apelación y recordar al procesado Muñoz que "no pueden colocarse en manos de un investigado, encausado, procesado o acusado, los instrumentos necesarios para obtener instrumentos de presión sobre quien podría tener que testificar en el momento decisivo, que es el acto del juicio".
Asimismo, la Audiencia destaca en el auto que Raquel Díaz "tiene la consideración de víctima de especial vulnerabilidad", según la Ley del Estatuto de la Víctima del Delito, "y ello reclama la exclusión de cualquier iniciativa del juzgado que pueda comprometer su seguridad, su integridad psíquica y su albedrío para mantener una u otra posición en el seno del procedimiento".
El abogado que se colegió en 2021
Otro dato a destacar en esta actuación de Muñoz contra la víctima: llama la atención que la denuncia penal contra Raquel Díaz -que por aquel entonces aún estaba recuperándose de graves lesiones físicas y neurológicas- la firmaba uno sólo de los dos abogados que representan al expolítico berciano en este caso, Ana Isabel López.
¿Y el otro? El segundo letrado de Muñoz, Pedro Quintana, no se colegió como abogado hasta el 1 de octubre de 2021, por lo que oficialmente no podía intervenir como defensor antes de esta fecha.
Raquel Díaz no fue la única testigo (y víctima) a la que denunció Pedro Muñoz en un posible intento de seguir aplazando su juicio.
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