En lo alto del puerto del Escudo, en el límite entre la provincia de Burgos y Cantabria se sitúa la conocida como la 'Pirámide de los italianos', un monumento inaugurado en agosto de 1939, para albergar los restos de los cerca de 400 soldados italianos que fallecieron en la Guerra Civil. Este mausoleo se caracteriza por ser la única pirámide que hay en España, y se dice que "pretendía ser una copia" de la pirámide Cestia, que se encuentra en Roma, relata Ical. 

Así lo indica el alcalde de Valle de Valdebezana (Burgos), Juan Carlos Díaz, localidad burgalesa donde se sitúa esta edificación, que vuelve a ser noticia, tras conocerse esta semana la decisión de la Junta de Castilla y León de iniciar los trámites para su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).

"Lo mandó hacer el régimen franquista como homenaje al batallón de soldados italianos que mandó Mussolini y que fallecieron en la contienda", señala Díaz recordando una historia que han contado a los vecinos del pueblo desde muy pequeños. "Todos los que somos de aquí la conocemos", afirma, recordando que la Pirámide tiene ya más de 80 años de historia. Los combatientes italianos fallecidos durante estas contiendas estaban enterrados en distintas zonas, no solo en el propio Valle de Valdebezana, también en municipios colindantes, y se decidió "aglutinar todos los cadáveres" en un solo lugar.

La obra se atribuye al arquitecto italiano Pietro Guiovanni Bergamini, aunque el historiador José Miguel Muñoz señala también como autor al arquitecto Attilio Radic en 'La pirámide de los italianos en el puerto de El Escudo (1938-1939): documentación de su proceso constructivo'. La pirámide escalonada, de 20 metros de altura, presenta un pórtico en forma de M a gran escala, que algunos consideran que hace referencia Benito Mussolini, aunque esto no está comprobado.

Sin embargo, tal y como recuerda el alcalde del municipio y señala Muñoz en su documentación, la obra no está completa, pues estaba previsto que incorporase también una estatua de la Victoria, que debía coronar la Pirámide, pero nunca se llegó a colocar. El ministro de Asuntos Exteriores del Reino de Italia entre 1936 y 1943, el conde Ciano, conocido también por ser el yerno de Mussolini, fue el encargado de inaugurar esta obra, durante una visita que hizo a Cantabria.

Desde 1939 hasta 1971, cada año, el municipio recibía la visita de familiares de los soldados allí enterrados, que acudían desde Italia a este cementerio italiano ubicado en las montañas burgalesas. Sin embargo, ese último año un fatal accidente bajando el Puerto del Escudo sesgó la vida de 12 personas, por lo que las autoridades italianas decidieron repatriar los restos a su país de origen, aunque algunos se quedaron en Zaragoza.

"A partir de entonces, eso quedó en el olvido", explica el alcalde de Valle de Valdebezana, y con el paso de los años la zona ha sufrido varias expoliaciones y ha despertado con pintadas en su fachada. "Es muy original, el valor que ahora mismo le doy no es por lo que en su momento representó, sino porque es algo único", afirma el edil.

Conservación o retirada

Compromís ha exigido en varios ocasiones al Gobierno de España su retirada por tratarse de un monumento franquista, y el Ejecutivo aseguró recientemente que "investigaciones actuales plantean una relectura del monumento como parte del proceso de memoria democrática". Esta misma semana, la Junta de Castilla y León anunció que, tras la petición de un particular registrada a principios de año, ha iniciado el procedimiento de incoación del expediente para declarar la edificación como Bien de Interés Cultural, con el fin de protegerlo por su "valor histórico y arquitectónico", tal y como indicó el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja. El ayuntamiento de Valle de Valdebezana se ha mostrado partidario de esta decisión, considerándola "acertada".

"Hay que poner en valor lo que pueda significar e ir un poco más allá de ese sentimiento que pudo tener un régimen en relación al propio edificio", afirma el edil Juan Carlos Díaz, que destaca la importancia de que la gente, especialmente los más jóvenes, "sepan quién era Franco y sean conscientes de la historia reciente".

Asimismo afirma que, en el momento en que esta declaración esté en vigor, el siguiente paso sería "preservar y conservar" el mausoleo y "hacer una función pedagógica para que la gente vea en qué consiste". En esta línea, indica que puede tener una "repercusión importante y generar un movimiento mayor del que ahora tiene".