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Juicio HVL: "Fue impredecible e inevitable. Si no, no estaríamos aquí"

Así lo ha asegurado uno de los ingenieros técnicos acusados, además afirma que no se incumplió la normativa vigente "en ningún momento"

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Juicio HVL: "Fue impredecible e inevitable. Si no, no estaríamos aquí"
Tercera sesión de declaraciones de los acusados por el accidente en el Pozo Emilio | Foto: Ical
O.R.R
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Javier Fernández Rico, el ingeniero técnico auxiliar del Grupo Tabliza de la Hullera Vasco Leonesa, se ha sentado ha declarar en el juicio por la muerte de seis mineros ocurrida el 28 de octubre de 2013, afirmó durante su turno que el siniestro "fue impredecible e inevitable. Si no, no estaríamos aquí".

"No había indicios de que podría haber una invasión de gas de esa magnitud", señaló y defendió que los datos que se recogían en los libros de trabajo reflejan que no se incumplió la normativa vigente "en ningún momento". "No encontré nunca valores anormales respecto a otras explotaciones similares", recalcó. Respecto a los elevados niveles que se habrían llegado a registrar el día 25, comentó que lo lógico en ese caso es que se hubiera hecho uso de los auto-rescatadores, por indicación del vigilante.

Por otro lado, negó que su presencia fuera necesaria en la zona que se explotaba, por su preparación y cargo. "La DIS (Disposición Interna de Seguridad) de minados en virgen es muy clara y es que tiene que haber un vigilante y tan de seguido estaba el pobre que allí falleció", manifestó al respecto.

También comentó que considera que si no se hubiese producido la avería eléctrica que provocó un parón en la explotación el día de los hechos "los picadores no tenían intención de barrenar ese día y hubieran salido antes de que se produjera el accidente a la calle". Además, confirmó que los trabajadores fallecidos portaban los auto-rescatadores, que no llegaron a utilizar.

Al igual que el ingeniero técnico que le precedió en el turno de comparecencias, Javier Martínez declaró, con signos evidentes de emoción, que el vigilante de primera Carlos Conejo -uno de los acusados en el caso- fue el que más activamente participó en las labores de rescate, arriesgando su propia vida y poniendo a salvo a varios compañeros.

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