Pedro Muñoz cambia de abogado y vuelve a pedir su libre absolución en el recurso de casación al Supremo

El exconcejal de Ponferrada Pedro Muñoz, condenado a 16 años y 11 meses por intentar matar a la abogada leonesa Raquel Díaz -su segunda exmujer- en Toreno en mayo de 2020, quemará su último cartucho suplicando su "libre absolución" en el recurso de casación que ha presentado su nuevo abogado ante el Tribunal Supremo.

La víctima, Raquel Díaz, no recibirá ni un euro de la indemnización a que su agresor fue condenado (más de 1,5 millones de euros) mientras la sentencia que lo condena no sea firme. Ello explica quizá las dilaciones de un procedimiento abierto hace más de cuatro años y medio, cuando la tiró por la terraza y la apaleó hasta dejarla parapléjica y con incontables lesiones físicas y neurológicas. 

Desde el inicio de sus problemas judiciales (mayo de 2020), Muñoz estuvo asistido por la abogada berciana Ana Isabel López, colegiada en 2005, quien compartió la defensa con su marido, Pedro Quintana, leal amigo del expolítico, una vez que éste se colegió en la abogacía, en octubre de 2021.

Aunque durante la instrucción del caso fue López quien ejerció la defensa de Muñoz durante la mayor parte de los interrogatorios, después fue Quintana -a pesar de su escasa experiencia jurídica- quien llevó el mayor peso del procedimiento durante la vista oral, y él también quien ejerció de portavoz de su cliente ante los medios de comunicación antes, durante y después del juicio. 

Pero en la última oportunidad del expolítico berciano para seguir defendiendo una inocencia que ya desoyeron la Audiencia Provincial de León y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, sus intereses estarán representados por un nuevo letrado, el penalista Arturo González Pascual, del Colegio de Abogados de Madrid. 

(En la imagen de la agencia Ical, Pascual aparece a la izquierda, junto al exletrado de Pedro Muñoz, Quintana, seguidos ambos por los dos hijos del expolítico).

Se trata del mismo profesional que representó a los dos hijos de Muñoz en el juicio que hace unos meses se celebró contra los tres en Ponferrada por alzamiento de bienes. Tras la vista oral del 27 de mayo (celebrada el mismo día que se cumplían cuatro años de que Muñoz lanzara a Raquel Díaz por la terraza y la apaleara), Muñoz y los dos hijos de su primer matrimonio -Ruth y Pedro Muñoz Botas- fueron condenados a 15 meses de prisión por intentar el patriarca descapitalizarse en junio de 2020 para no hacerse cargo del pago de la responsabilidad civil a Raquel Díaz si resultaba condenado -como así ocurrió tres años y medio después- por intentar matarla el 27 de mayo de 2020.

Poco antes de esa vista oral, los dos hijos de Muñoz decidieron cambiar al abogado de su padre, Pedro Quintana, por el madrileño González Pascual cuando los tres tuvieron que sentarse en el banquillo de los acusados en el procedimiento que los juzgaba por alzamiento de bienes.

En el mes de junio, Ruth Muñoz Botas, Pedro Muñoz Botas y su progenitor, Pedro Muñoz Fernández, fueron condenados por el Juzgado de lo Penal número 1 de Ponferrada a 15 meses y un día de prisión por un delito de insolvencia punible, en su modalidad de alzamiento de bienes. Tal y como solicitaba la acusación particular de Raquel Díaz, ejercida por el letrado Felipe Patiño, la sentencia consideró que el delito se consumó, y por ello no se les condenó únicamente por la tentativa, como solicitaba el Ministerio Fiscal.

La clave de esta sentencia, recurrida por ambas partes a la Audiencia Provincial de León (que aún no ha resuelto los recursos de apelación), está en que el juez del tribunal, Óscar Hernáiz, consideró que concurría una atenuante de reparación del daño, por lo que los tres Muñoz fueron condenados a un año, tres meses y un día de prisión, "con la accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho del sufragio pasivo durante el tiempo de condena y nueve meses y un día de multa, con una cuota diaria de 6 euros, lo que resulta un total de 1.626 euros", según recoge la sentencia condenatoria de la primera instancia. En materia de responsabilidad civil, la sentencia declaró la nulidad de la escritura de donación otorgada el 16 de junio de 2020, con todos los efectos legales inherentes a dicho pronunciamiento, retornando al patrimonio de Pedro Muñoz la totalidad de los bienes que había donado a sus hijos.

En su recurso de apelación, la defensa de Raquel Díaz ha vuelto a solicitar para los tres acusados una condena de prisión de 3 años y 6 meses, además de una multa de 24 meses con una cuota diaria de 25 euros. El Ministerio Fiscal solicitaba una condena de 2 años y 5 meses para los tres investigados. DE cumplirse cualquiera de las dos peticiones de las acusaciones, también los hijos de Muñoz deberían entrar en prisión.

A la espera del fallo del Supremo 

A partir de ahora, González Pascual dirige la defensa de los tres Muñoz en los juzgados, tanto en el recurso de los tres ante la Audiencia Provincial de León por la condena por alzamiento de bienes, como en el complejo recurso de casación del padre ante el Alto Tribunal en el procedimiento judicial por la brutal agresión de Pedro Muñoz a Raquel Díaz, por la que la Audiencia Provincial de León lo condenó el 10 de enero de 2024 a 16 años y 11 meses de prisión por "lesiones agravadas y varios delitos de maltrato", fallo que fue ratificado en segunda instancia por el TSJCyL.

En su recurso de casación, el letrado de Díaz vuelve a pedir al Alto Tribunal que el delito principal por el que se condene a Pedro Muñoz sea asesinato en grado de tentativa, y no lesiones agravadas. "Pedro Muñoz hizo todo lo que pudo para terminar con la vida de su mujer, y si no mató a Raquel no fue porque él no lo intentara", explica Patiño. "El relato de una u otra condena no es mismo para la víctima".

Raquel y su verdugo

Tras su paso por la cárcel de Mansilla de las Mulas, Pedro Muñoz continúa cumpliendo condena en la prisión asturiana de Villabona.

Su víctima, Raquel Díaz, sigue recuperándose de las secuelas físicas y psicológicas de la salvaje agresión. Parapléjica y con daños neurológicos irreversibles (padece un tipo de demencia), vive en un centro especializado.

Raquel aún tiene miedo "del hombre que me partió la vida en dos".