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La soledad no deseada despunta entre los estudiantes universitarios

El colectivo padece cada vez más dificultades de socialización, derivados de la presión académica, de las redes sociales o de la pérdida del valor del bien común

La soledad no deseada despunta entre los estudiantes universitarios
Ruth del Moral
Lectura estimada: 3 min.

La soledad no deseada despunta entre los problemas de salud mental que sufren los universitarios, un colectivo que lejos de estar a salvo de los trastornos psicológicos padece cada vez más dificultades de socialización, derivados de la presión académica, de las redes sociales o de la pérdida del valor del bien común.

Hasta el 12,7% de los estudiantes de la Complutense en Madrid tienen "sufrimiento psicológico", según señala el director de PsiCall UCM, Francisco Estupiñá, que dirige este servicio de apoyo al estudiante que nació en 2017 y recibe al mes cerca de 300 llamadas.

En una entrevista por el Día Mundial de la Salud Mental, Estupiñá recuerda que la Universidad "no está al margen" de problemas graves como los suicidios, pero recalca que son los menos y que "siempre hay ayudas y recursos" para evitarlos, como el teléfono 024 de atención al suicidio.

Por cada persona que muere al quitarse la vida hay otras veinte que lo intentan y muchas más que lo piensan, por eso incide en la importancia de que las universidades desarrollen herramientas de apoyo al estudiantado.

Los datos que maneja el Observatorio del Estudiante de la Complutense reflejan un "altísimo" problema de soledad no deseada, señala también a EFE el coordinador de este centro, Borja Manero, que se sorprende de que "en un colectivo que aparentemente debería estar más unido", prime el individualismo.

Las pantallas, la carga lectiva, las alteraciones de sueño son temas constantes a los que aluden los universitarios.

 "Vemos estudiantes más individualistas, donde prima qué me interesa a mi", incide Manero, mientras que Estupiñá señala el elevado nivel de ansiedad y depresión que ve en la universidad por la elevada exigencia académica o por problemas intrapersonales.

"La sintomatología es la de bajo estado de ánimo y el mayor porcentaje está en desordenes emocionales asociados a la ansiedad, a la incertidumbre", señala Estupiñá al cifrar en un 35% las llamadas que reciben por estos motivos, mientras que otro 25% están vinculadas a problemas interpersonales o académicos, "que no tienen entidad clínica", concreta.

Las mujeres suelen consultar más que los hombres y los estudiantes de los grados asociados a Ciencias de la Salud, Artes y Humanidades son los que tienen los mayores indicadores de afectación, incluso con riesgos de suicidio.

De hecho según el Servicio Telemático de Apoyo Psicológico (SAPEM), el 75% de los estudiantes de Medicina afirma que la ayuda psicológica es necesaria para su bienestar emocional.

Pero también es frecuente una sintomatología asociada a los colectivos LGTBI+, binarios o trans, que "tienen niveles muy superiores de riesgo de suicidio", avisa Estupiñá.

Los doctorandos, un colectivo muy afectado

El último estudio del Observatorio, realizado en 2023 sobre una muestra de 1.018 estudiantes de doctorado, y en el que se analizó el impacto de variables personales, académicas, psicológicas y organizacionales en su salud mental, arrojó un resultado preocupante.

Entre el 50 y el 60 por ciento de la muestra podría padecer un trastorno psicológico común, mientras que el 18,8 tendría ideación suicida pasiva.

"Son un perfil muy particular porque se encuentran en un momento educativo donde hay mucho aislamiento, presión y los niveles de exigencia son muy elevados", resalta Estupiñá, al recordar que "también están muy supeditados a los plazos de entrega de los trabajos".

PsiCall atiende al mes cerca de 300 llamadas, alcanzando el pico más alto cuando se acercan los exámenes y al finalizarlos. Del total de llamadas, unas 200 son de nuevos casos y alrededor de 100 de seguimientos de problemas ya detectados.

Estudiantes "guardianes de la salud mental"

Manero explica que están trabajando en seis proyectos para fomentar la socialización entre los universitarios; con teatro, cine y con la formación de estudiantes "guardianes de la salud mental".

"Formar a estudiantes para que puedan intervenir y ayudar a sus compañeros de clase", señala tras comentar que este programa piloto comenzó en marzo de 2024 en la Facultad de Educación y será evaluado en el 2025 para ver si funciona y se puede extender al resto de facultades universitarias del campus.

Según datos de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP), casi la mitad de los estudiantes ha experimentado algún tipo de trastorno mental. "Las universidades no deben ser solo espacios de aprendizaje académico, sino también de desarrollo personal y emocional", concluye.