"Si condenan a Pedro Muñoz, vamos a solicitar su inmediato ingreso en prisión". Felipe Patiño lo anunció en una entrevista en Tribuna León y así lo hará. El abogado de la acusación particular de Raquel Díaz contra Pedro Muñoz solicitará en los próximos días el inmediato ingreso en prisión del ya condenado por intentar matar a su segunda exmujer en mayo de 2020 y otros cuatro delitos de maltrato a la abogada leonesa. Según la sentencia emitida esta semana por la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de León, deberá cumplir 16 años y once meses de prisión, de los que habría que descontar los casi dos años que ya pasó en prisión preventiva entre junio de 2020 y mayo de 2022 (desde entonces, el exedil berciano -pasó por seis formaciones políticas- está en libertad).

La valoración de Patiño a la condena a Pedro Muñoz ha llegado un día después que la sentencia. "Es una sensación agridulce, pues por un lado se consigue una importante condena de 16 años y 11 meses de prisión, pero lamentamos que sea por lesiones agravadas, una condena más bien pensada para la pérdida de un miembro principal, -pensemos un ojo, una mano- que para las 17 lesiones que le causó el condenado a Raquel", explica. Le chirría especialmente la sentencia porque "declara como un hecho probado la tentativa de homicidio, concurriendo un evidente dolo de matar en Pedro Muñoz, pero sin embargo lo absuelve de la tentativa de homicidio porque entiende que Pedro Muñoz, al llamar al 112, desiste de su acción, se arrepiente, y eso permite la exención de su responsabilidad penal".

El desacuerdo de Raquel y su letrado con la sentencia es "total" porque, según recuerda el abogado gallego, la llamada al 112 del condenado se produce después de que Muñoz pensara que Raquel había ya fallecido. "Las dos primeras personas a las que llama Pedro Muñoz son a su vecino y guardés de la finca y a su hija, y ambos reconocen que Muñoz les indicó que fueran a la finca porque Raquel se había matado". "Si, como reconocen ambos, Muñoz llama al 112 después de creer que su mujer ha fallecido, difícilmente puede considerarse que tenía la intención de salvar la vida de Raquel cuando llama al 112. Su finalidad es, claramente, encubrir su delito", considera Patiño, para quien si Muñoz creyó que Raquel había muerto "no se puede hablar ya de arrepentimiento, si piensa que ha logrado su objetivo de matar a Raquel no cabe hablar de desistimiento".

El "arrepentimiento" de Muñoz

"No podemos aceptar que la llamada al 112 y la puesta del cuerpo de Raquel en posición de seguridad sean los propios de un arrepentimiento, pues se corresponde además con la propia dinámica de los sucesivos maltratos de Muñoz a Raquel, que siempre la misma, tienen un patrón muy claro: motivo banal, respuesta muy agresiva, y después quiere ser la mejor persona del mundo para su pareja".

Para el letrado ferrolano, "difícilmente puede considerarse que existe arrepentimiento porque esos actos posteriores, más que dirigidos a salvar la vida de Raquel, parecen dirigidos a ocultar su propio rastro. También estaríamos completamente disconformes con que en el Tribunal no se haya apreciado la existencia de alevosía y ensañamiento, que integraría en el delito de asesinato, tal y como habíamos propuesto en nuestro escrito de conclusiones".

Patiño recuerda que en la propia sentencia de la Audiencia Provincial de León se declara como probado que las lesiones de Raquel no tienen un único mecanismo causal y que la lesión en la espalda que le desencadena la paraplejia y la lesión craneal que desencadena su síndrome frontal, su demencia, son dos lesiones que se pueden haber producido al golpearse tras la precipitación desde la terraza, "pero el resto de las lesiones -hasta 17- tienen que haberse producido con posterioridad a que hubiera sido arrojada desde la terraza por parte de su marido". "En consecuencia, esas 15 lesiones parece claro que deberían integrar el ensañamiento necesario para que se pudiera condenar a Pedro Muñoz como causante autor de un delito de tentativa de asesinato: sus lesiones en cuerpo, brazos y piernas ya no tenían intención de matarla sino de aumentar su sufrimiento".

"Estamos especialmente satisfechos con que se considere probado que Raquel no fabulaba, como se intentó indicar en la fase de instrucción (en referencia a las declaraciones del jefe de la Policía Local de Ponferrada, Arturo Pereira, que declaró eso durante la instrucción), y conforme a la sentencia el relato de Raquel es total y absolutamente creíble", hace hincapié Patiño. "Un relato que se apuntala además con las declaraciones de los médicos forenses, por una serie de elementos externos que corroboran la credibilidad de la versión dada por Raquel, cuya credibilidad fue atacada por el informe pericial del técnico de la defensa (en referencia al informe y la declaración del doctor Aitor Curiel) para debilitar la versión de los hechos de Raquel, pero su valoración deja mucho que desear, como se indica en la propia sentencia, por no haber examinado siquiera a Raquel y hacer afirmaciones tales como que tiene amnesia, por ejemplo".

Patiño recuerda que la sentencia recoge que Raquel, "pese a la gravedad de las lesiones, tiene capacidad para decir verdad, y su relato en la vista oral fue creíble y verosímil, todo lo contrario que las declaraciones de Pedro Muñoz que, como se indica en la sentencia, se fue adaptando a los sucesivos avances de la investigación".

El letrado de Raquel Díaz confirma que su intención es recurrir la sentencia, "para procurar que la condena a Pedro Muñoz sea por tentativa de asesinato, o alternativamente tentativa de homicidio en concurso con lesiones agravadas, no tanto por la pena, pues la diferencia entre la solicitud por asesinato es de apenas dos años, sino tanto más por el relato de lo ocurrido, que para la víctima y de cara a los posibles beneficios penintenciarios es importante, y por eso se pretenderá la condena por homicidio o asesinato en grado de tentativa".