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Raquel Díaz: "Yo ya no podía confiar en nadie por el maldito caciquismo de Ponferrada"

La abogada leonesa confía en que la justicia dicte sentencia condenatoria contra su exmarido, el expolítico Pedro Muñoz, y poder vivir ayudando a otras víctimas

Raquel Díaz: "Yo ya no podía confiar en nadie por el maldito caciquismo de Ponferrada"
La abogada leonesa Raquel Díaz, en León. | SUSANA MARTÁN
Susana Martín
Susana Martín
Lectura estimada: 19 min.
Última actualización: 

Es fin de semana, hace mucho frío pero ha salido el sol en León. La levantan, la duchan, desayuna en el comedor y la visten. Pañal y sonda también listos para pasar todo el día fuera de 'casa'. Raquel Díaz (Villablino, 1976) se maquilla y se peina solita. "Me encanta poder hacer algunas cosas sin ayuda". Es justo el día en que su hija Cris cumple 30 años, y -aunque hoy no están juntas- Raquel recuerda lo duro que fue el parto y lo feliz que es de ser madre. Lo fue a los 17 años. Aunque tenía carta blanca en esta jornada que tanto ansiaba, sólo ha pedido dar un paseo por León, poder fumar un poco y comer jamón. Al final, la jornada se alarga y ella se siente entusiasmada por haber podido volver a hacer un plan con amigos: aperitivo al sol, comida en la terraza con mejores vistas de la ciudad (hotel Camarote) y un menú a su gusto: croquetas, calamares, jamon del bueno y berberechos para empezar. Y luego fotos con la Catedral de fondo, y más fotos abajo, junto al mercadillo navideño a pie de la Pulchra que tanto le gusta. "Es un día perfecto, otra vez tengo ganas de vivir, y pronto tendremos la sentencia". Esta semana se ha enfrentado en sede judicial al hombre al que acusa de querer asesinarla en Toreno en 2020, el hombre con el que dice haberse casado muy enamorada, "aunque empezó a agredirme muy pronto, mucho antes de casarnos". Dicen que no hay mayor dolor que el que provoca la culpa de haber permitido demasiado, y será por ello que Raquel a veces aún se siente avergonzada por "haber consentido, me he sentido muy culpable". Pero ahora sólo es tiempo de celebrar la vida, recuerda, "¡nos vamos por León!"

- ¿Cómo estás, después de una semana tan intensa?

- Estoy bien, feliz, nerviosa y bastante aliviada. Por fin llegó el momento que he estado esperando durante tres años y medio. Ha sido muy duro, pero ya está aquí el juicio y ya queda poco para que termine mi calvario.

 - ¿Cómo viviste el día de tu declaración?

- Con muchos nervios. Entré con mucho retraso y estuve declarando tres horas.

 

- A última hora decidiste que querías un biombo entre tú y tu exmarido y presunto agresor.

 - Yo le pedí a mi abogado que quería estar todos los días en el juicio y le dije que no me haría falta el biombo. Pero claro, al ver cómo era la sala de la Audiencia quería que algo me separara del agresor. No quería ni verle, sigo teniendo mucho miedo.

 - ¿Y no le viste?

 - Le vi porque él salió. Hubo un receso en el que salió al baño y le vi tanto cuando entró como cuando salió, y noté que él miraba hacia mí, pero yo estaba mirando al tribunal. No nos cruzamos la mirada.

 - Pero luego sí que has visto los periódicos, las teles, ¿qué has sentido?

 - La verdad es que lo que sentí fue asco. ¿Puedes poner que sentí asco? Mucho asco.

 - ¿Cómo viviste tus tres horas de declaración?

 - Fue muy duro. Me hubiera gustado quedarme también a ver la declaración de mi hija, que estaba citada justo después, pero estaba tan cansada, tan agotada y tan estresada que no pude. En esas horas que estuve declarando me obligaron a visualizar la reconstrucción de los hechos... otra vez... Me dolió mucho que me hicieran volver a verla.

 - Cuando acabaste tu declaración, después de 1.263 días esperando, ¿sentiste alivio?

 - Tuve por primera vez la sensación de que tenía posibilidades de seguir viviendo, de que tenía ganas de luchar por las víctimas de violencia de género desde la fuerza que me otorga el estar viva de milagro. Mucho alivio, mucha paz.

 - Tu psicóloga online declaró que nunca tuviste ideación suicida antes de la agresión, pero que pensabas en la muerte y tenías sintomatología ansiosodepresiva, y que te sentías muy sola.

 - Claro, porque él, en su manera de maltratarme, una de las formas más fuertes que tenía fue de alejarme de mis amigas, de mi familia, de mis clientes, de todo mi entorno. No podía con la vida y estaba muy sola porque él me había aislado.

 - En el primer interrogatorio dijo que tú no tenías a nadie, que sólo le tenías a él: "que me la den como está, que yo la cuido"

 - Siento mucho asco, porque ni siquiera fue capaz de reconocer lo que me había hecho durante no sólo cuatro años, sino en aquel fatídico 27 de mayo del año 2020 en que me rompió la vida para siempre.

 - ¿Esperabas que en algún momento él reconociera los hechos?

 - Tuve esperanza de que él confesara. Nunca le iba a perdonar, porque ya después de tantas veces de perdón, de tantas veces volver a intentarlo y que me haya dejado en silla de ruedas... Es que yo era abogada, yo era deportista y yo era muy amiga de mis amigas y muy familiar. Él me lo rompió todo, me lo quitó todo, absolutamente todo.

 - Tú que has conocido a tantas mujeres maltratadas, porque formabas parte del turno de oficio de violencia de género en Ponferrada, y además lo has vivido en primera persona, ¿cómo le explicarías a la gente que no entiende que te fueras varias veces de casa pero volvieras con él? ¿Qué te hacía volver a casa?

 - El miedo. El miedo es el principal enemigo que las mujeres maltratadas tenemos. A mí lo que me hacía volver a casa era el miedo atroz que yo le tenía, y no por mí, que a mí ya me daba igual lo que me hiciera, eso era lo de menos. Temía por los míos, siempre me amenazaba con hacerles daño.

 - En el juicio contaste que eran frecuentes las agresiones sexuales en vuestra relación, como ya dijiste en otra entrevista que hicimos en abril para ABC, pero es que en instrucción (2020) no habías contado nada y se sorprendió un poquito la sala...

 - Sí, las violaciones eran muy habituales. No lo conté en instrucción porque aún estaba muy mal y me faltaban muchos recuerdos, pero luego poco a poco me he ido recuperando y todo va encajando, como las piezas de un rompecabezas o de un puzzle. Ya te conté lo que me hizo antes de irse a Oporto, y así fue, estuve días sin poder sentarme ni conducir, como para pensar en ir al hospital...

 - Los moratones que te vieron varias tus amigas, ¿quién te los había hecho?

 - Siempre él. Sujetándome o pegándome. Él había sido campeón de halterofilia, tenía una fuerza brutal.

 - El forense de su parte dijo que eso que tú dices de levantarte por la barandilla y lanzarte, que eso no lo haría "ni Hulk, que no hay persona humana que logre tirar a una persona así"...

- Casualmente dijo eso el forense que contrata el agresor para que declare a su favor, que ni siquiera tuvo la profesionalidad de examinarme. Que no diga que no puede ser porque eso fue lo que hizo mi agresor, lanzarme contra el pozo y después bajar y arrearme con un palo. El agresor consiguió levantar 130 kilos, y yo pesaba 44.

 - Ese forense también informó de que tú tienes amnesia.

 - ¿Y eso él cómo lo adivinó? ¿Sacó una bolita, o se lo inventó?

 - Dijo a tu abogado que vio los vídeos de la instrucción y que no quiso examinarte porque "tú estabas como estabas".

 - No sé qué validez puede tener un informe así. ¿Que estoy como estoy, pero sin verme siquiera? Ya ves tú.

 - El notario de Ponferrada al que fuiste para firmar un acta de que no sufriste nunca malos tratos en 2019 dijo que no te preguntó si ibas voluntariamente porque tú eras abogada.

 - Me parece simplemente vergonzoso, porque un notario que levanta acta de lo que sea tiene que comprobar que esa persona acude voluntariamente, y no lo hizo porque son amigos.

 - El intendente, que también declaró la semana pasada, esta vez no dijo que fabulas, como en instrucción, pero aseguró había pensado en denunciarte cuando le señalaste en tu declaración.

 - ¿Denunciarme a mí? Que sepa que se va a encontrar con una denuncia mía, porque yo sí que quiero aclarar lo que ocurrió aquella fatídica noche de marzo de 2018, cuando yo llamé desesperada y nadie de la Policía Local de Ponferrada vino a auxiliarme. Ya estamos en ello, y voy a pedir explicaciones a todos: policías, intendente, ayuntamiento... ¿No dijo Pereira que había oído rumores? ¿Todo el mundo sabía lo que ocurría y nadie hizo nada?

 - Le contaste a una amiga que aquella noche la bronca fue por un cuadro...

 - Era una fotografía en un linóleo muy grande. Yo la había retirado, la había enroscado y guardado en el trastero, y eso al agresor le enfadó muchísimo. Era una foto íntima, un selfie que había sacado él de los dos en la cama. Yo le dije que aquello no lo quería tener allí, porque si recibíamos visitas. Era una foto enorme que estaba sobre el sofá. Y de ahí vino la bronca que acabó a palos encima del sofá. Pude coger el móvil y llamar al 112. Luego él lo vio, colgó y lo estampó contra la pared.

 - ¿Y qué te dijo sobre esa llamada después?

 - Que no volviera a llamar nunca más, que ya estaba advertida de que nadie me iba a hacer caso, que estaba loca y que no volviera a ponerle en esa situación nunca más, que él tenía amigos muy poderosos. Sus amistades peligrosas, las llamo yo.

 - Me pregunto cuántos en Ponferrada te daban por muerta. El notario y jefe de la policía te darían por muerta, porque si no, no me explico sus declaraciones en la instrucción.

 - Sí, nadie pensó que yo iba a sobrevivir y a hablar. Fíjate que el agresor estuvo en libertad cinco días, pudieron deshacerse de pruebas y crear pruebas falsas.

 - ¿Por qué se tardaría cinco días en detenerle? Nadie lo ha aclarado durante el juicio...

 - Justo el día 28 de mayo de 2020, una doctora de León alertó al juzgado. Pero quien le tenía que detener estaba bajo el mando de sus amigos poderosos, ¿y por eso no se hizo hasta cinco días después? Es una vergüenza todo lo que pudo hacer en tanto tiempo.

 - ¿Tenía amigos por todas partes?

 - Él tenía muchísimos amigos que le ayudaron a ocultar el asunto, sobre todo en la Policía Local y en el Ayuntamiento de Ponferrada y en algunos medios.

 - ¿Alguien de tu ex partido se ha vuelto a interesar por ti?

 - Nadie, Nunca. Me pareció vergonzoso ese primer comunicado que sacó Coalición por el Bierzo. Por muy fundador que sea del partido el agresor, no se puede manifestar uno de esa manera e ignorar a la víctima, que soy yo y también estaba en el partido.

 - Volvamos a tu llamada de 2018 al 112. Estremece. ¿Qué sientes tú ahora al escuchar ese audio?

- Lo que siento es aquel miedo que sentí cuando llamé y nadie me hizo caso. Terror, pánico, un miedo infinito. A partir de ahí, supongo que se me quitó de la cabeza la idea de volver a llamar jamás. Me di cuenta de que sus advertencias eran reales, que sus tentáculos eran muy alargados.

 - Pereira llegó a decir en instrucción que comprobaron que el titular de tu teléfono era Pedro Muñoz.

 - Es mentira. Nunca, pero nunca, nunca, nunca estuvo a otro nombre que no fuera el mío. Lo vamos a ver en el juzgado.

 - Hay otra bronca grabada en por ti en una grabación de tres horas en Toreno, en febrero de 2020, que dices no recordar bien.

 - Eran tan frecuentes las broncas y las palizas que de muchas afortunadamente no me acuerdo con detalle. La he oído ahora y no me acuerdo de muchas cosas, pero sí de por qué fue la discusión, que había empezado por la tarde por wasap.

 - ¿Tú te enteraste de que estabas parapléjica en Toledo?

- Mira, lo primero que recuerdo es cuando me desperté del coma como algo bastante traumático. También cuando me quitaron la intubación, porque duele mucho. Y luego me dijeron en Toledo que me sintiera muy afortunada porque tenía una lesión muy importante en la médula a la altura de la columna, la vértebra C7, que está más o menos a la altura del pecho, y que ellos pensaban que me quedaría tetrapléjica, y que la suerte o lo que sea ha conseguido que me quedase solamente parapléjica. Pero mi tren inferior está enclaustrado en una silla de ruedas.

 - ¿Te costó mucho aceptarlo?

- Mucho, porque yo soy muy deportista, era muy deportista, era corredora, iba al gimnasio todos los días. La paraplejia iba asociada también a una incapacidad permanente total para la profesión. O sea, que a mí el agresor me rompió la vida por todos los extremos.

 - No ha quedado claro en el juicio a qué hora pudo ocurrir todo en Toreno aquel 27 de mayo de 2020, pero la llamada al 112 fue a las 23:13. No sé si tú tienes algún recuerdo más, pero dices que era de día y te acababas de duchar tras tomar el sol...

 - Sucedió por la tarde, lo tengo muy claro.

 - También han encontrado restos de sangre tuya en la otra vivienda, la de Santo Tomás.

 - En Santo Tomás también me pegaba, pero sobre todo en Toreno, porque allí no había vecinos y nadie me oía gritar.

 - Hay un vecino que tú contaste que te dijo que no soportaras todo aquello y que él mismo iba a hablar con un familiar de la Policía. En el juicio ha dicho que se os oía hablar, pero que no se entendía lo que hablábais, aunque a ti sí declaró oirte gritar histérica por celos. ¿Qué ha pasado con el vecino?

 - No sé qué habrá pasado, nos llevábamos muy bien, hasta compartíamos el wifi. Me cogió un día al bajar la basura y me dijo que entendía que estuviéramos estresados por el tema de la campaña electoral, pero que iba a tomar medidas si me seguía tratando así, y que el mayor de la policía era familiar suyo y que iba a denunciarlo, que no aguantara más. No entiendo que ahora "no se acuerde", ¿no es raro?

 - Hay otra vecina de Santo Tomás que dice estar segura de que vio a Muñoz allí sobre las 21:00 el día 27. La misma que vio en el tendedero una camisa de él con restos de sangre y un pantalón. Está en el sumario, pero esto tampoco se ha tratado en el juicio, ¿quizá no era relevante para la línea de investigación?

 - Si me arreó con el palo por la tarde y yo estaba como estaba, hasta las 23:13 de la noche que llamó al 112 pudo haber ido donde le dio la gana y deshacerse del palo, que no ha aparecido.

 - El caso es que el teléfono de Muñoz está ubicado toda la tarde en Toreno, y además hizo bastantes llamadas. Parece que hay detalles que nunca vamos a saber con certeza.

 - Para mí lo importante está todo clarísimo.

 - Dijiste que el palo medía 1,75 y el acusado hasta llegó a hacer bromas con eso, y con que tú decías en instrucción que mides 1,80.

 - Sí, hombre, tiene una gracia para partirse. Es que no es lo mismo estar declarando en instrucción, que acababa de salir del coma, que ahora que estoy muchísimo mejor. Fíjate la amnesia que tengo, que recuerdo casi todo.

 - Toda tu familia ha declarado que no les contaste los malos tratos físicos. ¿Te arrepientes de no habérselo contado a nadie, o volverías a hacer lo mismo?

 - Yo creo que debería de haber insistido en denunciarle, pero volvería a no contarles los hechos a mi familia, para protegerles.

 - De todo lo que has leído o has visto en la tele estos días, ¿qué te ha dolido más?

- A ver, lo más doloroso ha sido la declaración de su exmujer.

 - Cuando le preguntó tu abogado si había sufrido algún tipo de violencia en su matrimonio dijo: "No, que yo sea consciente". ¿Tendría miedo? Tu abogado ya no preguntó más.

 - Me consta que ella también sufrió malos tratos porque me lo contaba él. Que la agredía y que la maltrataba también psicológicamente y que por eso nunca le dejaba, no se atrevería. Cuando Begoña se hartó, el día de su 40º aniversario llamó a su hija Ruth porque iba a pedirle el divorcio y tenía miedo a su reacción. Me lo contó él por teléfono, yo estaba en Burgos. Fue el 1 de enero de 2017.

 - Su hija también ha dicho en sede judicial que tú nunca le contaste nada y que no vio ninguna bronca entre vosotros, que pensaba que teníais una relación magnífica.

 - Todo mentira. O sea, lo que es. Otra de las cosas más dolorosas que he tenido que escuchar es cómo una mujer, encima de mi misma edad, pudo decir todas esas mentiras, cuando ella fue quien me apoyó para dejar a su padre en 2019, cuando me fui a vivir a Villafranca. Ella me animó a irme, decía que vivir con su padre siempre era estar en el cielo o en el infierno, como le ocurrió a su madre. Ella me invitaba a ir a su casa cuando yo dormía en el despacho porque su padre me echaba de casa.

 - ¿Te echaba muchas veces de casa?

 - O me largaba a palos, o me metía en la cama y me violaba, yo no sabía lo que era mejor. Me iba con lo puesto a la sede, o me quedaba en el coche. Su hija me decía que él con su madre era así también.

 - Ella y su hermano desmienten que os escucharan una gran bronca en navidad.

 - Es mentira, porque además 'Junior' también me apoyó mucho aquellas navidades y también miente. Cuando le decía que me iba a divorciar su hijo decía que me lo pensase bien, que tomase las medidas oportunas, que no le consintiera que me maltratarse. Y así todo. Así.

- El intendente ha negado que fueran amigos tu exmarido y él, dijo que que nunca íbais de vacaciones juntos.

 - Arturo Pereira miente, lo que decía Pedro Muñoz iba a misa, era muy temido en ese ayuntamiento. Claro que con él nunca fui de vacaciones, ¡lo que me faltaba! A mí el agresor me prohibió ir al gimnasio porque iban Pereira y su mujer, y no quería que tuviera relación con ellos, por algo sería.

 - Ahora vamos entendiendo cuando tú hablabas de las "amistades peligrosas" de Pedro Muñoz.  Pero sigue costando creerse que tuviera tanto poder un cacique de pueblo.

 - En la Policía, el notario, algún miembro del Ayuntamiento de Ponferrada y de Toreno, algún empresario del mundo de la comunicación que tuviera medios de comunicación, que siguen sin hacer mucho comentario acerca del agresor. Lo que no es normal es que de una persona que está así y a punto de morirse no haya noticias en ciertos medios, canta mucho.

 - ¿Pero tan alargados son sus "tentáculos", como tú dices?

- Eso era lo que a mí me costó creer en un principio. Yo pensaba que lo de él eran alardes, que lo decía, pero que aquello era mentira. Pero claro, cuando ya en el año 2018 llamo al 112 y nadie me va a auxiliar... entonces ya me doy cuenta de que todo lo que me advertía era cierto, y por eso no sabía cómo salir de allí.

 - El acusado ha tomado muchas notas durante el juicio.

- Seguro que querrá escribir un libro. Ya escribió tres, yo me los leí. Uno era sobre un tío suyo que también estuvo en la cárcel y al que él admiraba mucho, Antonio. El tercero no lo llegó a publicar porque todos en la familia le dijimos que era una salvajada, porque era contando sus experiencias como enfermero psiquiátrico, era un horror, yo le pedí que no lo publicara jamás. Y ahora seguro que desde la cárcel querrá escribir otro libro y seguir contando sus mentiras.

- Si le tuvieras delante ahora mismo, con una mampara de por medio, ¿le dirías algo?

 - Le diría: "Maldita la hora en la que te conocí".

 - ¿Y al jefe de la Policía Local de Ponferrada, le dirías algo?

 - Que yo no fabulo, que a ver si no es él quien fabula. Y cuando dijo en instrucción que había oído rumores de que yo maltrataba a mi marido, pues a mí me gustaría saber quién le transmitió esos rumores y cómo hizo él para callarse ese pedazo de mentira siendo el jefe de la Policía, porque lo sabía y no hizo nada, nadie hizo nada y mira cómo estoy.

 - Me consta que Nevenka ha estado muy interesada en tu caso y te ha enviado su cariño. Salvando las distancias, hay algunas similitudes entre ambos calvarios. Tantos silencios en ambos casos...

 - El caso Nevenka, que era otra de las broncas que tenía siempre con el agresor, siempre me pareció muy doloroso. Fue ella quien se tuvo que ir, fue una auténtica vergüenza cómo se comportó tanta gente de Ponferrada con ella. Me alegró mucho que le hayan dado un premio por su resiliencia.

 - ¿Pero hemos aprendido algo?

 - Estamos peor.

 - Hace unos meses fui a Ponferrada a cubrir la presentación de un libro de Ismael Álvarez. Había cola y muchas mujeres abrazándole.

 - Es que estamos peor que nunca. Esto de la violencia de género es un lastre que nos está marcando a todos de una manera que es difícil de explicar. Es una maldita lacra.

 - ¿Qué sentencia te consolaría a ti un poco después de tanto sufrimiento?

 - La que pide mi abogado, que puedan condenar al agresor por asesinato en grado de tentativa y por otros siete delitos, y que sea condenado a 23 años menos un día de prisión.

 - Te dolió que la fiscal cambiara la calificación de homicidio en grado de tentativa por lesiones agravadas.

 - Me dolió mucho, aunque la fiscal, Inés, conmigo se ha portado bien. Ha sido muy educada y valiente. Yo creo que ella habrá recibido también muchísimas presiones.

 - ¿Por eso tuviste que ir a Galicia a buscar un abogado que te defendiera, por las presiones a los profesionales de aquí?

 - Tuvimos que ir a Ferrol porque perdí toda la confianza en el abogado que tenía, que era amigo mío pero no vino a verme nunca en tres años y medio. Encontramos a Felipe Patiño y ha sido una suerte contar con su profesionalidad y humanidad, le estoy muy agradecida. Vamos a ir hasta el final.

 - ¿Crees que pudo sufrir presiones tu exabogado?

 - Viviendo en Ponferrada no me cabe duda de que alguna presión habrá sufrido, y encima tiene un niño. Pero eso no justifica para nada la actitud que tuvo conmigo... Yo me harté y quise ver el sumario y tomar medidas. Estaba harta de que todos, todos me dieran por muerta. Un abogado de fuera de León ayudó a poder tirar de todos los tentáculos del agresor.

 - Los políticos citaban la presunción de inocencia de Muñoz para justificar su silencio y no mojarse, pero... ¿qué me dices de tus compañeros del colegio de abogados, que tampoco han dicho ni una palabra en este tiempo?

 - La presunción de inocencia, según el Supremo, decae en el momento que una posible víctima de violencia de género declara en contra de un posible agresor. Pero todos y todas prefirieron callarse la boca por si acaso el agresor no salía condenado. Y a mí eso es algo que me pareció tan deleznable, tan doloroso y tan penoso que no quiero volver a saber nada de los abogados y abogadas de mi entorno.

 - ¿Qué les dirías a tus excolegas de Ponferrada?

 - Que ojalá no se vean nunca, ni ellos directamente ni nadie de su familia, en una situación similar a la que me he encontrado yo. Me dejaron absolutamente sola.

 - ¿Qué esperas de la justicia ahora?

 - Pues yo confío en que haya sentencia condenatoria y que el ingreso en prisión sea lo más pronto posible para que deje de sonarme el móvil para avisarme de que el agresor ha perdido la cobertura, como casi todos los días.

 - Y a partir de ahí, ¿cómo te planteas la vida? Porque tienes una vida muy diferente a la de antes...

 - Me planteo el encontrar un centro adecuado para mis circunstancias, porque he estado viviendo en centros para ancianos y enfermos psiquiátricos, y poder tener los medios necesarios para poder ayudar a todas y cada una de las víctimas de violencia de género que necesiten mi ayuda.

 - A cualquier víctima de género que te esté leyendo ahora mismo, que esté sufriendo lo que tú estás sufriendo, ¿qué le aconsejarías que haga?

 - Que denunciase primero, que se alejase del agresor. Lo primero que hay que hacer es cogerse a los niños y alejarse del agresor. Segundo, denunciar. Pero yendo a la comisaría a denunciar.

 - Pero si tú, con lo que sabes, siendo abogada, no fuiste capaz, así que es comprensible que muchas mujeres no encuentren las fuerzas para denunciar...

 - Porque yo había llamado al 112 y entendía que algo raro estaba ocurriendo. Vivía en un lugar donde la ausencia de justicia y el caciquismo me impedían que confiara en el sistema. Yo ya no podía confiar en nadie por el maldito caciquismo de Ponferrada.

 - ¿Qué ha sido lo peor de este calvario?

 - Estar parapléjica y estar encerrada en residencias geriátricas y de enfermos psiquiátricos. Yo pensaba que para qué iba a pelear por un juicio, en realidad el resultado me era indiferente, porque mi vida iba a ser vivir rodeada de ancianos y enfermos psiquiátricos. Me he sentido muy sola, mucho. Hasta que conocí a gente que me ha ayudado muchísimo, que me ha escuchado y ayudado desde el principio. Necesitaba desahogarme, sentirme apoyada, querida y respetada. Y ahora tengo ganas de vivir. Gracias.

 - ¿Qué has aprendido en estos tres años y medio?

 - Que debemos aceptar los momentos vitales y sacar partido de ellos y mirar hacia delante planteándonos un futuro prometedor y dando gracias a dios por tener lo que tenemos. Porque yo tengo sólo medio cuerpo, pero ya tengo algo bueno.

 - Bueno, el cuerpo lo tienes entero, no seas bruta, mujer...

 - jajajaja Sí, bueno, pero sólo me funciona la mitad (más risas) Aunque ya me funciona el botón de la ironía y el humor, menos mal. En este tiempo también he aprendido lo que son realmente los amigos y lo que no lo son, esa gente que está alrededor tuyo por estar y que luego, a la hora de la verdad, desaparece.

 - ¿Muchas decepciones?

 - Muchísimas. Me han decepcionado muchísimo personas que yo no pensé que me fueran a defraudar de la manera que lo que lo han hecho. Duele mucho.

 - ¿Cómo te planteas esa nueva vida?

 - Lo que más quiero es ayudar a las víctimas. Andamos con varios proyectos para contar mi historia de terror, y que mi experiencia pueda servir a las mujeres a lo que jamás deben soportar, porque yo lo hice y mírame. En el futuro, me gustaría también dar charlas y ayudar a otras víctimas de violencia de género.

 - ¿Qué se puede hacer para acabar con la lacra de la violencia de género, Raquel?

 - Hay que regularla legislativamente como dios manda y no como hacen los de los postureos, que esto es una lacra que no se arregla con eso de la ley del 'sí es sí'. Que se tomen medidas drásticas contra el posible agresor. Y que no nos acordemos sólo de las mujeres que han sido asesinadas. Es que la violencia de género es una barbaridad, es una brutalidad, es indescriptible el terror que se siente, ni yo te lo sé explicar bien.