Luis Enrique es un técnico que valoro mucho, y considero que tiene muchas cualidades para hacer un equipo y superar adversidades.
Pero según tengo entendido, al perder en los penaltis frente a Italia, cuando sus jugadores estaban abatidos en el vestuario y muchos de ellos llorando, les dijo que no debían llorar, y que debían aprender a perder. Y que no le gustaba cuando veía niños llorando cuando perdían.
Es una frase que ya escuché al Cholo Simeone cuando perdieron la Champion. Me imagino que ya se lo habrán dicho los psicólogos de la selección española, pero: Luis Enrique, ¡¡Sí, se llora!!! Porque llorar es una manera muy saludable de expresar las emociones. Y la mejor cuando se está triste. Llorar no tiene nada que ver con saber perder.
Y de emociones y de sufrimiento Luis Enrique desgraciadamente sabe mucho.
La racionalización no va bien con las emociones. El haber hecho todo lo posible por ganar no quiere decir que me ponga triste no haber conseguido pasar de eliminatoria. Es como si a una persona que llora por la perdida de su padre con 90 años, le decimos que es propio de la vida, que era mayor y que no debe llorar: ¡Pues claro que debe llorar!
Y a esta selección de chavales jóvenes e ilusionantes debemos educarles también emocionalmente, pues son en los que se fijarán nuestros hijos y nuestros alumnos
Y, como nos decía Anabel González en su libro “Las cicatrices no duelen” : “Las emociones que no salen a la superficie ejercen una poderosa influencia, como corrientes subterráneas que horadan los cimientos y pueden tambalear el suelo bajo nuestros pies”.