Según Eurostat, la oficina de Estadística de la Unión Europea, España ha pasado a liderar otro de los campos negativos de toda economía: la pobreza o el riesgo de pobreza. Una medalla más que añadimos a nuestro palmarés, junto con la del paro y la del paro juvenil. Y digo "nuestro palmarés", pues no intento culpabilizar a nadie en concreto. Se trata de un mal que venimos arrastrando desde hace años y en el que los ciudadanos tenemos también nuestra parte de culpabilidad. No podemos echar la culpa exclusivamente a los políticos, porque somos nosotros los que los hemos elegido a ellos.
El enfrentamiento que reina entre la clase política la hemos hecho también nuestra. Sé que los ciudadanos apenas tenemos margen de maniobra, pero hay algo que podemos hacer: cada vez que un político insulta, desacredita o habla mal de otro, deberíamos cambiar el canal de televisión, demostrando así que no queremos seguir ese nefasto juego. Se puede dar una noticia negativa sobre un político, y es lógico que la prensa así lo haga, e incluso que los periodistas saquen sus propias conclusiones y hagan sus comentarios, pero un político no es un periodista, y los políticos, que, cuando hablan del contrario, suelen sobrepasar los límites de la buena educación, deben ser mucho más comedidos.
Tenemos que demostrar a los políticos que no queremos seguir el juego de su crispación y que son muchos los problemas que tenemos en España en los que es preciso que colaboren entre sí. Sin la colaboración entre los socialistas, los democratacristianos y los liberales en el Parlamento Europeo es muy probable que la UE hubiera desaparecido. Si a nivel nacional, no se da esta colaboración, no podemos extrañarnos de que cada vez vayamos retrocediendo más.
Por suerte tenemos a las instituciones europeas que de vez en cuando nos van dando un toque de atención a los españoles.