No me gustaría entrometerme en la labor que Ágreda realiza en este medio en sus críticas de las actividades culturales que se desarrollan en la ciudad.
Pero considero que el descontento de los abonados que suben a intentar disfrutar de una jornada de emociones y placer hace mucho que no se siente en esas butacas.
Es verdad que han llegado muchos músicos nuevos y de diferentes nacionalidades y necesitan entender y conocer el manejo de la batuta y el tempo y el estilo que pretende transmitir el director en cada interpretación.
Se supone que son músicos profesionales y todos saben leer una partitura y conocer en que momento su instrumento toma protagonismo sobre el resto.Pero esto aquí hace tiempo que no pasa.
El actual director ha cambiado al violinista por tres veces y le ha encargado de los instrumentos de viento, el profesional del oboe no sabemos si habrá estudiado incluso solfeo y el que parecía que manejaba el arpa mejor que ninguno ha decidido irse a otra orquesta la pasada semana.
Lo increíble es que ahora los músicos tienen unas instalaciones y una preparación mejor que nunca.
Se les mide hasta la última gota de esfuerzo, se les controla la alimentación, la musculación, el descanso, la fatiga, cada uno puede ver en tiempo real las calorías que ha quemado ese día, en qué parte de la ejecución de la partitura se le han subido la tensión arterial incluso milésimas.
Pero el caso es que los abonados están cansados.
La Orquesta Sinfónica de Castilla y León suena como una banda de fiesta de los pueblos y alguien lo tendrá que criticar.
Ya no se pueden quejar de falta de la calidad de los instrumentos o del espacio donde actúan o de que no haya suficiente interés por parte de los abonados.
Llego a pensar que no son profesionales, que al igual que hay cantantes que se sacan el carnet en Gibraltar sin haber cogido nunca un coche, ellos dicen que han estudiado solfeo y nadie lo ha comprobado.
Y a todo esto el mandamás de la OSCYL en Ibiza de vacaciones y la banda que no sabe ni para donde tocar ni en qué tempo ni para quien.
Ya estaba apunto de terminar el blog y me doy cuenta que el gps me ha jugado una mala pasada.
Yo creo que debía de referirme a otra instalación que está a cien metros en la misma dirección que el Miguel Delibes, pero ya no lo voy a cambiar, total el título me ha quedado muy sugerente y atractivo.
LA OSCYL BUSCA DIRECTOR