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Ilusionados por la política

Por Félix de la Fuente

Día de Europa: 9 de mayo ¿Quién está matando a Europa?


La Declaración Schuman, o Plan Schuman, que tuvo lugar el 9 de mayo de 1950, es un hito histórico en el proceso de integración europea. La reconciliación entre Francia y Alemania es el inicio de la reconciliación entre los demás países de Europa y de una paz de 74 años. Es lógico, por tanto, que consideremos este día como el día de Europa, Pero lo que no es lógico, es que no sea un día festivo en toda Europa. Al parecer, pesan mucho más para nuestros gobiernos, que son los encargados de establecer las fiestas laborales, las guerras fratricidas entre los pueblos o las naciones europeas que la reconciliación entre los ciudadanos. Somos muy amigos de la paz entre árabes y judíos pero incapaces de desechar de nuestro calendario fiestas regionales históricamente tergiversadas que no significan nada para el ciudadano del siglo XXI y que nos recuerdan el enfrentamiento entre los pueblos. Fiestas que tampoco casan con una Ley de memoria histórica, si por tal entendemos una ley de reconciliación. Podemos citar como ejemplos la fiesta de la Comunidad de Madrid – 2 de mayo- o la fiesta de Cataluña, 11 de septiembre.

Europa como refugio en tiempos de guerra. En estos momentos en que Europa acoge a más de 4 millones de ucranianos que han huido de la guerra y varios millones de refugiados de otros países de África y de Asía que están en guerra o bajo las dictaduras, tenemos que ser conscientes de lo que significa la UE, esa Unión Europea que ha recibido el premio Nobel de la Paz y de la que debemos estar orgullosos.

Pero esta Europa, grande por su defensa de la paz y de los valores democráticos "puede morir", como ha dicho recientemente Emmanuel Macron. Puede morir, pero no de muerte natural o porque quede desfasada o no sepa adaptarse a la realidad actual, sino que puede morir envenenada o asfixiada por los políticos que han hecho de la UE una institución lenta en sus reflejos y en sus decisiones, un monstruo de 27 cabezas, que antes de ponerse en marcha tiene que pasar por el filtro de los partidos políticos y luego de los gobiernos.

Europa puede morir, porque la democracia está languideciendo en muchos Estados miembros, y entre ellos España. No son los enemigos externos los que puedan acabar con Europa. Durante mucho tiempo han sido varios los grupos políticos los que abiertamente defendían la integración europea: los cristianodemócratas de Adenauer y Alcide de Gasperi, los socialistas de Paul-Henri Spaak y Willy Brand, los liberales de Simone Veil, los comunistas de Altiero Spinelli y los Verdes de Cohn-Bendit, además de otros pequeños grupos políticos, cono los radicales de Marco Pannella. De esta piña de partidos políticos defensores de la integración Europa se han ido desprendiendo fracciones tanto de extrema derecha como de los Verdes y de los comunistas y, en estos últimos tiempos hasta los socialistas empiezan a desertar de Europa.

Señores políticos, ustedes, que han excluido a los ciudadanos de la construcción de Europa, son los que están matando a Europa. Si la Comisión Europea no controla de cerca a los gobiernos de los Estados miembros para que respeten los valores democráticos y cumplan con los derechos humanos en sus respectivos Estados miembros, no es que Europa pueda morir, es que Europa está muerta